Caracas, 18 de julio de 2007
05:00 de la madrugada y no tengo sueño
El día fue largo y el dolor de pies me mata, pero no puedo dormir, ¿cómo podría? A las 2 de la tarde fui con mi amiga Gera a la Quinta la Esmeralda a buscar mi entrada. A las 3 ya la tenía en mis manos, lo cual celebré con un rico café en el centro Lido. Saliendo de allí me ha tomado por sorpresa un periodista de Venevisión para preguntarme no sé que cosa del Ministro de Finanzas que dará una conferencia mañana (hoy). ¡Con lo que me gustan las cámaras y lo nerviosa que estaba! En fin, di mi opinión, que sinceramente no recuerdo y me dirigí corriendo a la casa a cambiarme. A las 7 ya estaba lista, nerviosa y saliendo a tomar el metrobus para dirigirme al evento. Ya en el metro, me sentía como una gelatina, con el estómago vacío pues sólo tenía el desayuno, pero sin hambre. Al fin y al cabo la entrada incluía una degustación de cocina de autor de la prestigiosa chef venezolana Helena Ibarra, el consumo de bebidas y por supuesto de whisky Buchanan. Ya mi amigo blogero Mel se encontraba allí, gracias a Dios, pues al bajar del metro para tomar el bus me encontré con un gran embotellamiento y tuve que caminar las dos cuadras que me faltaban. No era tanto caminarlas sino los tacones. Llegué con las patitas molidas a las 7:45.
Alfombra roja, artistas, prensa, y allí esta pobre mortal fanática escondiendo su cámara y orando porque no la descubrieran... ¡y no la vieron! Fotos para las revistas, periódicos, paso de seguridad, banda en la muñeca, ¡hasta me sentía una celebridad! Ya dentro, todo un lounge gigante con pantallas, música de fondo, vídeos promocionales, mesas, flashes y con la ventura de encontrar un sitio justo al lado del escenario. Sí, a menos de dos metros del punto donde se presentarían los artistas. Y a las 9 en punto la actriz y presentadora de A&E, Gabriela Vergara, con sus hermosos ojos verdes dio paso al primer acto de la noche, el jazzista austríaco radicado en Venezuela, Gerry Weil.
Después de disfrutar de su presentación y tener un intermedio de bocadillos de salmón, mero, camarones, deditos de papa y los infaltables tequeñitos, subió a escena el incomparable Franco De Vita. Entre su repertorio no pudieron faltar canciones como "Somos Tres", "Louis", "Será", "Te Amo" y un hermoso popurrí de temas inolvidables. Para cerrar, un duo con el actor y cantante Roque Valero y nada mejor que su tema "No Basta." Gracias a Franco que me ayudó a drenar el nerviosismo, pues grité y canté sus temas desaforadamente, y nos regaló un show espectacular, cálido y de gran calidad.
Luego de otro intermedio donde se nos pidió no sacar fotos ¡no sacar fotos por Dios! y la cena, unos roles de pabellón preparados por Helena Ibarra con muy buen gusto y decoración, aunque un poco secos, el plato fuerte de la noche... Sí, allí a menos de dos metros de mi gelatinoso nerviosismo Jon Bon Jovi. Con sus 45 años de edad, metro 77 de estatura, ojos verdes e impecable sonrisa, generó gritos de euforia en hombres y mujeres. Todos escondíamos las cámaras y nos robábamos unas fotitos cuando los de seguridad se descuidaban... Para empezar el esperado unplugged "Livin' on a Prayer" y "Lost Highway" en una voz limpia e inigualable. A mi lado una chica de Maracay tenía en las manos todos los libritos de los CD levantados en el aire y entre todos nos cubríamos para robarnos una foto y claro, aunque no fueran muchas, estábamos allí viéndolo en vivo, en exclusivo. Como buena fan ya me sabía las últimas canciones y canté hasta tener ardor en la garganta... y entre los libritos de mi vecina de silla y mi seguir las canciones al pie de la letra, logramos que nuestro admirado cantante nos echara un ojito y nos regalara una sonrisa en dos oportunidades. En total el repertorio contó con 10 canciones, 4 del nuevo álbum y 6 ya consagradas, en una hora que no fue suficiente para pellizcarse y saber que era realidad, pero que bien ha valido este viaje, espera, caminata y dolor de pies.
Esta madrugada que ya empieza a avisar que llegará pronto la luz del día me siento muy afortunada de haber podido ver a Jon Bon Jovi tan cerca, mirar en sus ojos de bosque sabiendo que veía al ser humano real que admiro como a ningún otro artista por su calidad humana, su inspiración, sus sentimientos y su vida en general. ¡Definitivamente soy una BON JOVI FAN!