lunes, 20 de agosto de 2007

Mitología y oráculo

Odín, Óðinn en el antiguo idioma nórdico, fue considerado el mayor Dios en la mitología nórdica y descendía del Wōđinaz o Wōđanaz pre germánico. El nombre de Odín se relaciona con óðr que significa furia, excitación, mente y poesía, y sus características y funciones, como las de muchas deidades del panteón nórdico, es compleja pues representa un Dios de sabiduría, guerra, batallas y muerte, pero también se le atribuye la magia, la poesía, la victoria, la caza y la profecía. Podría representar un equivalente al Dios Zeus, rey de la mitología griega, a pesar que algunos lo relacionaron con Hermes, y presenta gran similitud con el Dios Egipcio Horus.

La veneración por Odín puede datarse al paganismo pre germánico y el historiador romano Tacitus pudo referirse a él al hablar de Mercurio pues se le consideraba el Psychopompos o líder de las almas. El Dios Óðinn escandinavo emergió de la deidad pre nórdica Wōdin durante el llamado período de migración de las culturas. Muchas veces se ha mencionado el paralelismo entre Odín y Lugus, Dios de la mitología céltica, pues ambos poseían cuervos y lanzas, además de un solo ojo, eran intelectuales y maestros de la magia y la poesía. A pesar que en su forma pre germánica Odín no era el Dios más importante, fue sustituyendo gradualmente a Tyr y después del mencionado período, fue él mismo quien en un sacrificio de meditación logró crear el oráculo rúnico.

Constituidas por símbolos, las runas constituyeron un alfabeto y forma de escritura de 24 signos utilizada por los antiguos nórdicos, y se les atribuye un uso práctico en la comunicación y uno sagrado en relación con la magia, posturas de meditación y rituales. Esta tradición fue típicamente nórdica y tuvo gran difusión en las culturas celtas, sajona y escandinava y la práctica de la magia estaba reservada al Snorri, o chamán de las civilizaciones del norte. Con el tiempo, en honor a Odín, se agregó una runa más, sin símbolo, para representar a este Dios de dioses y su influencia y poder dentro del oráculo.

Sin embargo, mucho se ha hablado de Odín como del oráculo, desvirtuando el poder de ambos en detrimento de un simple acto adivinatorio que nada tiene de superficial. Acudir a él se basa en la fe, en la capacidad de tener la sabiduría suficiente para utilizar de manera adecuada sus consejos y designios, como seres espirituales desarrollados y superiores. El mensaje de la runa de Odín es claro y eterno pues somos dioses dentro de cada uno de nosotros.

"Runa Soberana del Oráculo.
Dios creador de dioses.
Orlog, el destino.
Llave de todas las puertas.
Energía universal.
Sabiduría suprema.
Centro de la cruz.
Punto hacia donde caminan las galaxias.
Encuentro kármico.
Momento sublime.
Esplendor.
Diamante del alma.
Con Odín todo se puede,
con Odín, lo imprevisible.
Regalo de dios.
Visión de la pupila de odín.
Unión de todas las runas,
fuerza inacabable,
poder insospechado,
instrumento de la naturaleza divina,
que hace crecer la flor,
marca las orbitas del cielo,
cumple los designios y revela secretos a los niños.
Odín, el insuperable.
Odín, el innombrable.
Odín, el eje de si mismo."