martes, 30 de diciembre de 2008

Amor

Pregunté al sol si podría brillar menos en el universo para no quemar las estrellas a su alrededor, y me respondió que no. Es imposible aplacar su calor por simple voluntad, pues sin él las órbitas y la vida no serían lo que son y viviríamos en un mundo de hielo y desolación.


Pregunté a una mariposa si podría frenar su vuelo constante de alegría para detenerse un momento a dejar ver su belleza, y me dijo que no. Es imposible dejar de volar cuando su vida es tan frágil, pues si lo hiciera alguno truncaría su esencia.

Pregunté a la luna si podría dejar de reflejar la luz del sol para mostrar un cielo limpio en las noches, y me dijo que no. Es imposible ignorar su naturaleza de espejo, dejando de mostrar la belleza de una luz constante y eterna a su alrededor.

Pregunté a un hada si podría olvidar sus leyendas de fantasía en las que guarda secretos ancestrales, y me respondió que no. Es imporsible borrar de la memoria del mundo creencias tan antiguas y hermosas que dan vida a la imaginación.

Pregunté a las estrellas si podrían dejar de brillar en el cielo para ver en realidad la oscuridad de la noche, y me respondieron que no. Es imposible apagar millones de vidas que han habitado el tiempo y el espacio desde el comienzo de toda vida.

Pregunté a mi corazón si podría dejar de querer-te para aplacar su fuego, su alegría, su reflejo en ti, su fantasía y su brillo, y me respondió que no. Es imposible para este corazón dejar de tener un sentimiento tan hermoso y profundo que da motivos a su latido.

Y aunque un día se aplacara el calor del sol, se detuvieran las mariposas, se opacara la luna, desaparecieran las hadas, y murieran las estrellas, este amor seguirá vivo porque es eterno en el frío, la tristeza, la falta de reflejo, los secretos y la oscuridad desde antes de toda mi existencia.