viernes, 26 de diciembre de 2008

Amo y señor

De la penumbra oscura y las sombras nace este templo iluminado por la luz de una luna carmesí siempre llena que refleja las llamas ardientes de un sol inmortal.

Entre piedras humedecidas por el flujo de las emociones volátiles se siente el latido intenso e inocente de este corazón coloreado de sangre, vida y amor.


En estridente silencio y paciente ansia se escapa el aliento apresurado de esta espera marcada por la inercia del tiempo ficticio en el espiral eterno de las vidas.

El amo de este lugar aún está en su camino de días y noches por liberar sus batallas, señor de luz y oscuridad que cabalga sin tregua venciéndose a sí mismo.

Al volver, este templo de sombras se iluminará desde su propio flujo de frío y calor por ese dueño que ha regresado a donde ha pertenecido siempre.