Hoy he recibido una invitación de mi amiga del alma a hacer este Meme de las décadas y me ha fascinado... ¡Gracias querida Emperatriz por elegirme! Aquí vamos:
Hace 10 años: Exactamente en el mes de junio me dio el segundo cólico nefrítico de mi vida (el primero había sido 10 años antes y los 8 siguientes serían ocho meses después y me harían sufrir por 3 meses). Pero el dolor era soportable y lo más preocupante era ese pipí sangriento y arenoso que me aterrorizaba.
Me encontraba al final de mi octavo semestre de la universidad, terminando el anteproyecto de mi trabajo de grado y mi primer año estudiando alemán. Preparaba ya las maletas para partir en julio a hacer mi pasantía en Alemania, mi país soñado de toda la vida, viaje que representaba mi primera aventura sola, mi primer viaje fuera de Latinoamérica, mi primera separación (en distancia representativa) de mis padres, mi primer trabajo en la vida. Esos tres meses en la Añeja Europa fueron sin duda los más solitos y, a pesar de ello, felices de mi vida. Descubrí el país que soñé, la sociedad que añoraba; encontré edificios construidos en el siglo XIV, fortalezas romanas de 200 años antes de Cristo (cuando en Latinoamérica "antiguo" es de máximo 500 años). Vi campos de concentración, recordatorios de una época oscura, cargados de llanto, dolor y desolación que oí en mis oídos, sentí en mi corazón y lloré con mis lágrimas de compasión por las almas atrapadas en tanto dolor. Descubrí personas serias, pero cálidas, amigos verdaderos, profesionales de altura que cambiaron mi vida como sé que cambie las de ellos. Entretanto, la amistad de las Emperatrices nos unía nuevamente, las viajeras del tiempo volvían a continuar viviendo una serie de deja-vu y regresiones espontáneas, descubriendo la magia de los oráculos que les correspondían y conexiones "inexplicables", y aumentando nuestra vida espiritual con cada día. Además se cumplía el tiempo que el oráculo sabio de la antigua china me había augurado como tres años de separación de mi águila lunar azul, mi alma gemela, alma que tristemente quedó atrapada en los vicios del clasismo, los prejuicios y el racismo.
Hace 5 años: Viendo a mi país deteriorándose poco a poco y en casa de mis padres de regreso ya hacía casi dos años dada la situación en desmejora, extrañando a todos mis amigos de Caracas, viviendo una nueva relación con mi semilla planetaria amarilla, sufría de una depresión que poco a poco superaba.
Apenas con siete meses en un nuevo empleo como traductor independiente, que no daba muchos ingresos, para un periódico local, el único trabajo fijo que me ofrecieron entonces fue el de profesora de inglés (mi peor pesadilla) y para completar ¡DE NIÑOS! Siendo lo disponible, no me quedó más remedio que aceptar y debo reconocer que los pequeños me dieron muchas alegrías y me enseñaron muchas cosas. Mi primer alumno fue Adolfo (mi ángel bendito), un niño serio, delgado, pecoso y bello que siempre le buscaba las cinco patas al gato, que no tenía esa imaginación infantil ridícula y cuestionaba mis ideas más geniales (pero ridículas, al fin y al cabo). Un Capricornio típico con el que resulté tener una conexión más allá de esta vida, un amor inmenso, una adoración entrañable que a sus propios padres sorprendía. Era un encontrarme con él por la calle y correr ambos flotando en una nube para abrazarnos y encontrarlo atado a mí como una garrapata (cosa totalmente atípica en ese pequeño tan seco); a veces sólo faltaba el tema "love story" de fondo musical. Entretanto, mi águila lunar azul veía nacer a su primer hijo con la mujer que escogimos para él, la que yo aprobé, la que yo dejé ser. Simplemente esta vida no fue para nosotros, hice una reflexión tiempo atrás; me encontré muy avanzada y muy crecida para cargar con un ser que se quedó en el tiempo y las enseñanzas, que no aceptó, que no comprendió, que no dejo ser.
Hace 1 año: El año más difícil de nuestras vidas, el más triste... Nos encontrábamos en Caracas, mi padre con cáncer, yo cuidando de él. Mi madre en casa, mi semilla planetaria amarilla cuidando de ella. Nuestro pequeño Brandy viviendo el último mes de su vida de quince años de amor. Nuestros días pasaban entre platos de comida que mi padre no podía tragar, ocho horas en una sala con esa manguerita fría en el brazo goteando y aniquilando lo que pudiera quedar del asesino, las tardes en la radioterapia compartiendo con los demás enfermos, algunos con esperanza, otros desesperanzados, las noches poniendo crema de aloe en un cuello quemado y caliente, horas de teléfono y madrugadas de difícil dormir. Dos meses que valieron la pena por una curación exitosa, por un equipo médico excepcional, por un médico admirable, por amigos que siempre estuvieron a nuestro lado a pesar del tiempo transcurrido de separación. Un año en el que quedó una dieta líquida de mi padre y quimioterapias cada mes después de regresar a casa. Volver para despedirnos de un pequeño que fue tan noble como para esperar partir después que regresáramos, compartir un poquito más viendo a su "papi" mejor, con la familia reunida para despedirle, cavar su fosa y sembrarle unos arbustos en memoria y recuerdo por lo que fue.
Ayer: Fue lunes y me levanté temprano (¡MILAGRO!) para salir con el estómago vacío a hacerme el laboratorio de control. Después de comer como desaforada antes de morir de inanición por los tres galones de sangre extraída, ver la noticias de las protestas de los estudiantes en todo el país y celebrar por esa vocación de lucha ante el atropello que sufre Venezuela, mi madre nos prestó su coche (el nuestro nos lo robaron hace tres meses) y nos dirigimos al banco del cual huimos despavoridos por la cantidad de gente. Finalmente fuimos al automático a por los cobres y después a notariar un poder para los abogados en Caracas por ese asunto de los inversionistas extranjeros (¡si ya tenemos 28 años viviendo acá!) para que hagan el trámite por nosotros. Pero como la semilla y la tormenta viven en la luna del despiste fuimos a una notaria que fue cambiada de lugar ¡HACE UN AÑO!; averiguada la nueva dirección, logramos hacer la diligencia sin contratiempos y sin más despistes. Almorzamos de carrera con una amiga en Subway y luego hicimos las compras al nuevo estilo venezolano: veinte productos en un súper, cinco en el otro, diez en el siguiente, tachando en la listita lo que ya fue comprado y subrayando lo que no hay en ninguna parte, como leche, huevos, pollo. Luego de dejar las bolsas de las compras en casa y guardar lo que se podía descomponer, pues, a devolver el coche y al gym una hora a lanzar puñetazos al aire, saltar y gritar en la mejor clase de tae-bo del mundo. Al salir de allí... lluvia a cántaros y buses que no vienen... ¡Y NI UN COBRE EN LA BILLETERA! el dinero lo tenía la semilla... ¡DIOS!... una hora después, luego de volver al gym y pedir unas monedas prestadas, llegué a casa empapada como un pollo a tomar un buen baño y beber un té caliente. Allí, la paz, mi semilla trabajando, mis vecinos Pluto Mapache, Zeus Bartolomé y Sombra Isabel me esperaban con sus caritas peludas, sus colitas inquietas, sus lenguas tibias y su pelota chillona para jugar. Fuimos a ver las bolsas, los tres peludos metidos de lleno revisando porque ya sabían que seguro les había comprado alguna chuchería. En efecto, un palito para cada uno, perros-canguro felices con la golosina. Después de despacharlos a sus casas (viven en el piso de abajo) me dispuse a comer y revisar los miles de correos, reservaciones y noticias cocteleras del día. Triste por Clito que lloró un mar de lágrimas a un océano de aquí, preguntándome dónde anda Chris y qué es de la vida del blogero de la Zarzuela. Con suerte, me obligué a ir a la cama temprano, leí a Rampa (por enésima vez), ore y cerré mis ojitos cansados pensando en... Zzzzz...
Hoy: Como cosa rara y normal no escuché ninguno de los tres despertadores y me levanté (no tan tarde como pensé que era) pero corriendo como loca al recibir la llamada del contador que llevará la contabilidad de nuestra recién formada empresa de turismo receptivo para Guayana, ejecutivos y viajeros, Grupo LD trajes a la medida al destino que se desee. Mientras hablaba, preparé el desayuno, tomé la fantástica pastillita de pescado que mantiene mi colesterol bajo (porque aunque soy una probiótica, casi enferma por la buena alimentación, sufro de colesterol alto como mi padre y mi abuela ¡bonita herencia!). Después de comer y tomar una ducha, hacer la cama, arreglar lo que quedaba de las bolsas del súper de ayer (mientras oía el programa de radio de Atilano y Norma) y organizar el almuerzo, me dispuse a arreglar los miles de papeles y documentos pendientes para el contador y los abogados. Anoté en la pizarra los pendientes, llené unos cheques para pagos por hacer y ya era hora del almuerzo. Como soy un as cocinando carne (no así el resto de las cosas, pero pongo la cómica con la carne y las tortas, solamente) mi semilla preparó los churrascos y yo la ensalada (mientras oíamos a Eli en la Radio Global), tomé mi café con una galleta y recibí a mi alumno José. No es que me quedara gustando eso de las clases, pero en este caso en un entrenamiento intensivo para el TOEFL, pues mi chiquito José está postulando a una beca. ¿Cómo decir que no? Es un alumno con inglés avanzado que necesita práctica oral y escrita y me llena de emoción que opte por una excelente oportunidad de estudios y desarrollo deportivo. Al terminar me fui con él y su padre a buscar mi laboratorio y de allí corriendo al médico. La tiroglobulina, cuyo valor debe estar entre No Detectable y 40, y que yo tenía en 104, llegó, después de 6 meses de tratamiento a su nivel normal: menos de 20. ¡Y bajé 9 kilos! Ya estoy mejor... cuando decidí ir al médico fue porque iba en constante ascenso en la báscula, comiendo sano y haciendo mis ejercicios que adoro, por lo cual me dije que algo no andaba bien. Y no andaba, estaba desarrollando tiroiditis (nuevamente la herencia, esta vez de mi madre, que también tiene problemas de tiroides). Con una gran sonrisa salí del consultorio y fui a ver a mi madre para tomar café y conversar... de allí a dar puñetazos al gym.. Luego a casa donde mis vecinos (los humanos) no habían llegado, así que no puede secuestrar a los cangurillos y gozar de sus languaetazos este día. Me conformé con saludarlos a través de la reja (ellos siempre están con la puerta abierta y la reja con seguro) y hacerles alguna tontería antes de subir. Comí, recogí la ropa seca, vi un par de cortos de las noticias en la tele y me dispuse a revisar mi correo (atestado nuevamente) y buscar las noticias cocteleras. Y aquí estoy escribiendo.
Mañana: Seguramente no escucharé los tres despertadores, como todos los días, aunque es raro que cuando tengo algo muy, muy importante que hacer despierto antes que suenen (¡debería ser así siempre e e e!). Me acicalaré, comeré escuchando los titulares de los periódicos en la voz de César Miguel Rondón en la radio, revisaré los correos y mi madre vendrá a buscarnos para prestarnos su coche mientras está en la oficina. Debemos ver al contador para retirar un libro que tiene que irse a Caracas con el poder y los documentos y pasar por un hotel a pagar unas reservaciones. Luego iré a ver a mi jefe del periódico (conservo este trabajo de traductor independiente y lo adoro), iré a revisar la impresión de las facturas y el sello de la empresa, pasaré por la uni a hacer una diligencias de mi semilla y a ver a una amiga, iré al registro a presentar un documento que está pendiente y al banco otra vez a ver si puedo hacer lo que ha quedado pendiente de ayer, enviaré el sobre a Caracas y ya se habrá acabado la mañana para entonces. Buscaré a mi madre para venir a casa a almorzar y creo que comeremos judías rojas con tiritas de cerdo y ensalada de tomate y cebolla con cilantro, el respectivo cafecito y la galleta para consentir el paladar goloso :p. Luego la clase con mi chicuelo José y al gym, más temprano porque no hay tae-bo los miércoles :(. De regreso a casa espero poder editar un texto con la nueva ruta Humbolt (ruta para visitar la etnia Yanomami en el Amazonas venezolano) en español e inglés para subirla a la web (el webmaster soy yo misma, ji ji ji). Luego buscaré a los cangurillos para mi terapia de relajación del día, conversaré con mi semilla de los asuntos diarios mientras comemos y a las 9 en punto... ¡A VER A HORATIO CAINE: CSI MIAMI! Es uno de mis vicios y en el día (no todos los días) es la hora de ver la tele "en serio", me siento a ver la serie y nada más existe... Ayer llegué tan tarde que no puede ver Criminal Minds (pero repite el domingo, así que...). Luego al control de correos nuevamente y a la coctelera antes de ir a la camita...
Dentro de 1 año: Mi semilla y yo tendremos ya 4 años juntos compartiendo nuestro universo - casa oficina - y ya la empresa estará cumpliendo su primer año. Seguramente tendremos en nuestros archivos de viajeros más 200 turistas para el boletín bi-mensual. Tendremos nuestros coches propios, administraremos una linda posada (no propia) y habremos hecho una excelente reputación en el mundo turístico nacional e internacional. Seguramente habremos ya alcanzado el techo de los pasivos de la empresa para empezar el ascenso en las ganancias netas entrando en la temporada alta con mayor solidez y liquidez. Tal vez para entonces estemos iniciando los trámites para comprar nuestro apartamento (este, que es alquilado)...
Por otro lado, seguramente estaremos regresando de nuestras vacaciones (aún no sabemos donde iremos, pero está entre Tailandia, Sudáfrica y, Holanda, Bélgica y Suecia). Mi padre ya habrá recuperado su peso normal y no estará comiendo sopas a diario; luego de nuestras vacaciones él y mi madre también tomarán las suyas.
Dentro de 5 años: El mago de la atemporalidad estará por cerrar su giro y yo espero haber logrado entrar en el océano de la consciencia cósmica al llegar a la luna eléctrica roja de mi castillo (muchos, por no decir todos, no entenderán esto, pero no importa). La verdad mi preocupación por la tierra madre y la humanidad no me deja ver claramente donde estaré, donde sea estaré feliz, tranquila y conforme. Al paso que vamos ahora a lo mejor mucho de lo que conocemos hoy esté al borde de la extinción: los mares, los ríos, los árboles, los animales, el mismo hombre. No es fatalismo, es realidad.
Dentro de 10 años: Si lo dije en el párrafo anterior ¡dígame en 10 años! De llegar allá será porque logramos la consciencia cósmica y recuperamos el mundo desecho por el maltrato y la inconsciencia de tantos años, aunque recoger los pedazos no será fácil ni tarea de un día. Entonces ya nuestra familia tendrá una pequeña en edad escolar, avispada y frenética como su madre e inteligente y despistada como su padre, ja ja ja, que hará las delicias de sus 4 abuelitos. Nuestra empresa recibirá cientos de turistas y ejecutivos al año para diseñar sus viajes, negocios y alojarnos en nuestra posada propia. Yo, particularmente, habré visitado Tibet, Egipto, Marruecos y Sudáfrica (destinos que a mi semilla no le entusiasman mucho, así que si no se anima me voy sola) y habré tenido la posibilidad de pagar un helicóptero para explorar la plataforma del sagrado monte Roraima (mis rodillas no me permitirían hacer el trekking para escalarlo) y ver Auyantepui, Kavanayén y Canaima desde las alturas... Seguiremos recorriendo el mundo y ayudando a otros a descubrir Venezuela; y Venezuela seguramente estará recuperada de este mal que la destruyó 10 años atrás.
A lo mejor en 10 años seguiré sin oír los despertadores...
...y mi abuelita habrá partido...
Andy
Y mis elegidos para seguir con este Meme son:
Carmenex
Chris
Señora Nostalgia
JacK CroW
Haptesupreina
Hace 10 años: Exactamente en el mes de junio me dio el segundo cólico nefrítico de mi vida (el primero había sido 10 años antes y los 8 siguientes serían ocho meses después y me harían sufrir por 3 meses). Pero el dolor era soportable y lo más preocupante era ese pipí sangriento y arenoso que me aterrorizaba.
Me encontraba al final de mi octavo semestre de la universidad, terminando el anteproyecto de mi trabajo de grado y mi primer año estudiando alemán. Preparaba ya las maletas para partir en julio a hacer mi pasantía en Alemania, mi país soñado de toda la vida, viaje que representaba mi primera aventura sola, mi primer viaje fuera de Latinoamérica, mi primera separación (en distancia representativa) de mis padres, mi primer trabajo en la vida. Esos tres meses en la Añeja Europa fueron sin duda los más solitos y, a pesar de ello, felices de mi vida. Descubrí el país que soñé, la sociedad que añoraba; encontré edificios construidos en el siglo XIV, fortalezas romanas de 200 años antes de Cristo (cuando en Latinoamérica "antiguo" es de máximo 500 años). Vi campos de concentración, recordatorios de una época oscura, cargados de llanto, dolor y desolación que oí en mis oídos, sentí en mi corazón y lloré con mis lágrimas de compasión por las almas atrapadas en tanto dolor. Descubrí personas serias, pero cálidas, amigos verdaderos, profesionales de altura que cambiaron mi vida como sé que cambie las de ellos. Entretanto, la amistad de las Emperatrices nos unía nuevamente, las viajeras del tiempo volvían a continuar viviendo una serie de deja-vu y regresiones espontáneas, descubriendo la magia de los oráculos que les correspondían y conexiones "inexplicables", y aumentando nuestra vida espiritual con cada día. Además se cumplía el tiempo que el oráculo sabio de la antigua china me había augurado como tres años de separación de mi águila lunar azul, mi alma gemela, alma que tristemente quedó atrapada en los vicios del clasismo, los prejuicios y el racismo.
Hace 5 años: Viendo a mi país deteriorándose poco a poco y en casa de mis padres de regreso ya hacía casi dos años dada la situación en desmejora, extrañando a todos mis amigos de Caracas, viviendo una nueva relación con mi semilla planetaria amarilla, sufría de una depresión que poco a poco superaba.
Apenas con siete meses en un nuevo empleo como traductor independiente, que no daba muchos ingresos, para un periódico local, el único trabajo fijo que me ofrecieron entonces fue el de profesora de inglés (mi peor pesadilla) y para completar ¡DE NIÑOS! Siendo lo disponible, no me quedó más remedio que aceptar y debo reconocer que los pequeños me dieron muchas alegrías y me enseñaron muchas cosas. Mi primer alumno fue Adolfo (mi ángel bendito), un niño serio, delgado, pecoso y bello que siempre le buscaba las cinco patas al gato, que no tenía esa imaginación infantil ridícula y cuestionaba mis ideas más geniales (pero ridículas, al fin y al cabo). Un Capricornio típico con el que resulté tener una conexión más allá de esta vida, un amor inmenso, una adoración entrañable que a sus propios padres sorprendía. Era un encontrarme con él por la calle y correr ambos flotando en una nube para abrazarnos y encontrarlo atado a mí como una garrapata (cosa totalmente atípica en ese pequeño tan seco); a veces sólo faltaba el tema "love story" de fondo musical. Entretanto, mi águila lunar azul veía nacer a su primer hijo con la mujer que escogimos para él, la que yo aprobé, la que yo dejé ser. Simplemente esta vida no fue para nosotros, hice una reflexión tiempo atrás; me encontré muy avanzada y muy crecida para cargar con un ser que se quedó en el tiempo y las enseñanzas, que no aceptó, que no comprendió, que no dejo ser.
Hace 1 año: El año más difícil de nuestras vidas, el más triste... Nos encontrábamos en Caracas, mi padre con cáncer, yo cuidando de él. Mi madre en casa, mi semilla planetaria amarilla cuidando de ella. Nuestro pequeño Brandy viviendo el último mes de su vida de quince años de amor. Nuestros días pasaban entre platos de comida que mi padre no podía tragar, ocho horas en una sala con esa manguerita fría en el brazo goteando y aniquilando lo que pudiera quedar del asesino, las tardes en la radioterapia compartiendo con los demás enfermos, algunos con esperanza, otros desesperanzados, las noches poniendo crema de aloe en un cuello quemado y caliente, horas de teléfono y madrugadas de difícil dormir. Dos meses que valieron la pena por una curación exitosa, por un equipo médico excepcional, por un médico admirable, por amigos que siempre estuvieron a nuestro lado a pesar del tiempo transcurrido de separación. Un año en el que quedó una dieta líquida de mi padre y quimioterapias cada mes después de regresar a casa. Volver para despedirnos de un pequeño que fue tan noble como para esperar partir después que regresáramos, compartir un poquito más viendo a su "papi" mejor, con la familia reunida para despedirle, cavar su fosa y sembrarle unos arbustos en memoria y recuerdo por lo que fue.
Ayer: Fue lunes y me levanté temprano (¡MILAGRO!) para salir con el estómago vacío a hacerme el laboratorio de control. Después de comer como desaforada antes de morir de inanición por los tres galones de sangre extraída, ver la noticias de las protestas de los estudiantes en todo el país y celebrar por esa vocación de lucha ante el atropello que sufre Venezuela, mi madre nos prestó su coche (el nuestro nos lo robaron hace tres meses) y nos dirigimos al banco del cual huimos despavoridos por la cantidad de gente. Finalmente fuimos al automático a por los cobres y después a notariar un poder para los abogados en Caracas por ese asunto de los inversionistas extranjeros (¡si ya tenemos 28 años viviendo acá!) para que hagan el trámite por nosotros. Pero como la semilla y la tormenta viven en la luna del despiste fuimos a una notaria que fue cambiada de lugar ¡HACE UN AÑO!; averiguada la nueva dirección, logramos hacer la diligencia sin contratiempos y sin más despistes. Almorzamos de carrera con una amiga en Subway y luego hicimos las compras al nuevo estilo venezolano: veinte productos en un súper, cinco en el otro, diez en el siguiente, tachando en la listita lo que ya fue comprado y subrayando lo que no hay en ninguna parte, como leche, huevos, pollo. Luego de dejar las bolsas de las compras en casa y guardar lo que se podía descomponer, pues, a devolver el coche y al gym una hora a lanzar puñetazos al aire, saltar y gritar en la mejor clase de tae-bo del mundo. Al salir de allí... lluvia a cántaros y buses que no vienen... ¡Y NI UN COBRE EN LA BILLETERA! el dinero lo tenía la semilla... ¡DIOS!... una hora después, luego de volver al gym y pedir unas monedas prestadas, llegué a casa empapada como un pollo a tomar un buen baño y beber un té caliente. Allí, la paz, mi semilla trabajando, mis vecinos Pluto Mapache, Zeus Bartolomé y Sombra Isabel me esperaban con sus caritas peludas, sus colitas inquietas, sus lenguas tibias y su pelota chillona para jugar. Fuimos a ver las bolsas, los tres peludos metidos de lleno revisando porque ya sabían que seguro les había comprado alguna chuchería. En efecto, un palito para cada uno, perros-canguro felices con la golosina. Después de despacharlos a sus casas (viven en el piso de abajo) me dispuse a comer y revisar los miles de correos, reservaciones y noticias cocteleras del día. Triste por Clito que lloró un mar de lágrimas a un océano de aquí, preguntándome dónde anda Chris y qué es de la vida del blogero de la Zarzuela. Con suerte, me obligué a ir a la cama temprano, leí a Rampa (por enésima vez), ore y cerré mis ojitos cansados pensando en... Zzzzz...
Hoy: Como cosa rara y normal no escuché ninguno de los tres despertadores y me levanté (no tan tarde como pensé que era) pero corriendo como loca al recibir la llamada del contador que llevará la contabilidad de nuestra recién formada empresa de turismo receptivo para Guayana, ejecutivos y viajeros, Grupo LD trajes a la medida al destino que se desee. Mientras hablaba, preparé el desayuno, tomé la fantástica pastillita de pescado que mantiene mi colesterol bajo (porque aunque soy una probiótica, casi enferma por la buena alimentación, sufro de colesterol alto como mi padre y mi abuela ¡bonita herencia!). Después de comer y tomar una ducha, hacer la cama, arreglar lo que quedaba de las bolsas del súper de ayer (mientras oía el programa de radio de Atilano y Norma) y organizar el almuerzo, me dispuse a arreglar los miles de papeles y documentos pendientes para el contador y los abogados. Anoté en la pizarra los pendientes, llené unos cheques para pagos por hacer y ya era hora del almuerzo. Como soy un as cocinando carne (no así el resto de las cosas, pero pongo la cómica con la carne y las tortas, solamente) mi semilla preparó los churrascos y yo la ensalada (mientras oíamos a Eli en la Radio Global), tomé mi café con una galleta y recibí a mi alumno José. No es que me quedara gustando eso de las clases, pero en este caso en un entrenamiento intensivo para el TOEFL, pues mi chiquito José está postulando a una beca. ¿Cómo decir que no? Es un alumno con inglés avanzado que necesita práctica oral y escrita y me llena de emoción que opte por una excelente oportunidad de estudios y desarrollo deportivo. Al terminar me fui con él y su padre a buscar mi laboratorio y de allí corriendo al médico. La tiroglobulina, cuyo valor debe estar entre No Detectable y 40, y que yo tenía en 104, llegó, después de 6 meses de tratamiento a su nivel normal: menos de 20. ¡Y bajé 9 kilos! Ya estoy mejor... cuando decidí ir al médico fue porque iba en constante ascenso en la báscula, comiendo sano y haciendo mis ejercicios que adoro, por lo cual me dije que algo no andaba bien. Y no andaba, estaba desarrollando tiroiditis (nuevamente la herencia, esta vez de mi madre, que también tiene problemas de tiroides). Con una gran sonrisa salí del consultorio y fui a ver a mi madre para tomar café y conversar... de allí a dar puñetazos al gym.. Luego a casa donde mis vecinos (los humanos) no habían llegado, así que no puede secuestrar a los cangurillos y gozar de sus languaetazos este día. Me conformé con saludarlos a través de la reja (ellos siempre están con la puerta abierta y la reja con seguro) y hacerles alguna tontería antes de subir. Comí, recogí la ropa seca, vi un par de cortos de las noticias en la tele y me dispuse a revisar mi correo (atestado nuevamente) y buscar las noticias cocteleras. Y aquí estoy escribiendo.
Mañana: Seguramente no escucharé los tres despertadores, como todos los días, aunque es raro que cuando tengo algo muy, muy importante que hacer despierto antes que suenen (¡debería ser así siempre e e e!). Me acicalaré, comeré escuchando los titulares de los periódicos en la voz de César Miguel Rondón en la radio, revisaré los correos y mi madre vendrá a buscarnos para prestarnos su coche mientras está en la oficina. Debemos ver al contador para retirar un libro que tiene que irse a Caracas con el poder y los documentos y pasar por un hotel a pagar unas reservaciones. Luego iré a ver a mi jefe del periódico (conservo este trabajo de traductor independiente y lo adoro), iré a revisar la impresión de las facturas y el sello de la empresa, pasaré por la uni a hacer una diligencias de mi semilla y a ver a una amiga, iré al registro a presentar un documento que está pendiente y al banco otra vez a ver si puedo hacer lo que ha quedado pendiente de ayer, enviaré el sobre a Caracas y ya se habrá acabado la mañana para entonces. Buscaré a mi madre para venir a casa a almorzar y creo que comeremos judías rojas con tiritas de cerdo y ensalada de tomate y cebolla con cilantro, el respectivo cafecito y la galleta para consentir el paladar goloso :p. Luego la clase con mi chicuelo José y al gym, más temprano porque no hay tae-bo los miércoles :(. De regreso a casa espero poder editar un texto con la nueva ruta Humbolt (ruta para visitar la etnia Yanomami en el Amazonas venezolano) en español e inglés para subirla a la web (el webmaster soy yo misma, ji ji ji). Luego buscaré a los cangurillos para mi terapia de relajación del día, conversaré con mi semilla de los asuntos diarios mientras comemos y a las 9 en punto... ¡A VER A HORATIO CAINE: CSI MIAMI! Es uno de mis vicios y en el día (no todos los días) es la hora de ver la tele "en serio", me siento a ver la serie y nada más existe... Ayer llegué tan tarde que no puede ver Criminal Minds (pero repite el domingo, así que...). Luego al control de correos nuevamente y a la coctelera antes de ir a la camita...
Dentro de 1 año: Mi semilla y yo tendremos ya 4 años juntos compartiendo nuestro universo - casa oficina - y ya la empresa estará cumpliendo su primer año. Seguramente tendremos en nuestros archivos de viajeros más 200 turistas para el boletín bi-mensual. Tendremos nuestros coches propios, administraremos una linda posada (no propia) y habremos hecho una excelente reputación en el mundo turístico nacional e internacional. Seguramente habremos ya alcanzado el techo de los pasivos de la empresa para empezar el ascenso en las ganancias netas entrando en la temporada alta con mayor solidez y liquidez. Tal vez para entonces estemos iniciando los trámites para comprar nuestro apartamento (este, que es alquilado)...
Por otro lado, seguramente estaremos regresando de nuestras vacaciones (aún no sabemos donde iremos, pero está entre Tailandia, Sudáfrica y, Holanda, Bélgica y Suecia). Mi padre ya habrá recuperado su peso normal y no estará comiendo sopas a diario; luego de nuestras vacaciones él y mi madre también tomarán las suyas.
Dentro de 5 años: El mago de la atemporalidad estará por cerrar su giro y yo espero haber logrado entrar en el océano de la consciencia cósmica al llegar a la luna eléctrica roja de mi castillo (muchos, por no decir todos, no entenderán esto, pero no importa). La verdad mi preocupación por la tierra madre y la humanidad no me deja ver claramente donde estaré, donde sea estaré feliz, tranquila y conforme. Al paso que vamos ahora a lo mejor mucho de lo que conocemos hoy esté al borde de la extinción: los mares, los ríos, los árboles, los animales, el mismo hombre. No es fatalismo, es realidad.
Dentro de 10 años: Si lo dije en el párrafo anterior ¡dígame en 10 años! De llegar allá será porque logramos la consciencia cósmica y recuperamos el mundo desecho por el maltrato y la inconsciencia de tantos años, aunque recoger los pedazos no será fácil ni tarea de un día. Entonces ya nuestra familia tendrá una pequeña en edad escolar, avispada y frenética como su madre e inteligente y despistada como su padre, ja ja ja, que hará las delicias de sus 4 abuelitos. Nuestra empresa recibirá cientos de turistas y ejecutivos al año para diseñar sus viajes, negocios y alojarnos en nuestra posada propia. Yo, particularmente, habré visitado Tibet, Egipto, Marruecos y Sudáfrica (destinos que a mi semilla no le entusiasman mucho, así que si no se anima me voy sola) y habré tenido la posibilidad de pagar un helicóptero para explorar la plataforma del sagrado monte Roraima (mis rodillas no me permitirían hacer el trekking para escalarlo) y ver Auyantepui, Kavanayén y Canaima desde las alturas... Seguiremos recorriendo el mundo y ayudando a otros a descubrir Venezuela; y Venezuela seguramente estará recuperada de este mal que la destruyó 10 años atrás.
A lo mejor en 10 años seguiré sin oír los despertadores...
...y mi abuelita habrá partido...
Andy
Y mis elegidos para seguir con este Meme son:
Carmenex
Chris
Señora Nostalgia
JacK CroW
Haptesupreina