martes, 13 de marzo de 2007

Un señor médico

Al doctor Emilio Álvarez Serrano, Oncólogo Médico y Radiólogo.

Hace casi un año conocimos a este señor, un hombre alto, no muy delgado, de cabellos finos y pintados ya de canas, ojos francos y del color del café suave. De carácter fuerte y duro, extremadamente organizado y con una memoria excepcional, un poco nervioso e hipocondríaco, cosa curiosa en un médico.
Vivimos junto a él un tiempo casi eterno para nosotros, los temores y los dolores de aquella sala fría donde cada día esperábamos pacientemente que la gotita fluyera para aniquilar a ese asesino silencioso. Y este señor médico nos escuchaba, nos instruía y nos consolaba, de manera ruda a veces, pero de la mejor manera que podía hacerlo. Nos hizo tener fe, esperanza y valor, nos ayudó a soportar los momentos más difíciles y nunca nos dejó.

Algunos quedaron en el camino, partieron para no sufrir más, descansaron al final de una batalla que no pudieron terminar. Otros pocos, como mi padre, lograron vencer esa enfermedad de la que todos hablan, pero que nadie conoce en realidad más que quien la ha vivido. Este día, una vez más, nos hemos sentado en su consulta a esperar su diagnóstico después del tiempo indicado. Él ha cerrado sus párpados, respirando profundamente ante un vencedor. Sus ojos nos han reflejado una alegría que casi ni nosotros mismos podríamos haber reflejado de esa manera. Y ha contenido su llanto de felicidad para decir “está curado.” Hoy sé que este señor médico ha llorado a los que marcharon y ha llorado a los que vencieron como nunca vi yo a un médico llorar a un paciente. Como tal vez ningún otro lo haría, con esa mística de trabajo que ya no existe en el mundo, con esa humanidad y compasión que da el saber lo que se sufre. Tendremos que verlo una vez más y luego una vez cada año, pero lo veremos con alegría por el triunfo compartido, con tranquilidad por la salud lograda gracias a su dedicación.

Hemos vencido al cáncer y hemos encontrado a un hombre realmente admirable.

© Maureen Andrea Addison-Smith Salvo, publicado en: ©Predicado.com