lunes, 31 de agosto de 2009

Silvana

Para tratarte había que tener un humor particular, el de la alegría y la paciencia, y sobre todo estar dispuesto a escuchar las cosas sin maquillaje, así, tal como son… porque tú eras así… sincera hasta el punto de chocar con los demás y al que no le gustara que se fuera a otro lado, alegre hasta el punto de ver el mundo de otro color y el que lo viera distinto andaba en las sombras.
Las horas contigo jamás fueron aburridas, monótonas o comunes, muy por el contrario, eran de gritar, saltar, bailar y disfrutar porque todo en ti estaba cargado de pasión, intensidad y energía.
Aunque fue poco el tiempo que disfruté de ti, ese tiempo fue por demás profundo y agradezco que el destino te pusiera en mi camino para prestarme tus oídos atentos al escucharme interminables horas, tus ojos dispuestos a leer mis incontables escritos y poemas, tu mano pronta a levantarme y animarme a seguir adelante, tu abrazo sincero al recibirme siempre con una calidez especial, tus mensajes porque sí a cualquier hora del día o la noche y las incontables discusiones filosóficas que compartimos sin fin… e incluso las peleas sin sentido por alguna tontería.
Hasta pronto amiga, se que mientras esperamos estar juntas otra vez sabrás pasártelo de lo mejor, poniendo a los ángeles a bailar, a reír y a disfrutar, pero por favor, no pelees con ellos.Siempre te llevaré en mis recuerdos, siempre, pues quien pisa fuerte deja huellas y tú siempre pisaste con carácter. Te prometo intentar no llorar, aunque se que sabrás comprender mis lágrimas…

A Silvana Fratini
(16.12.1957 – 30.08.2009)