Hoy decidiste marcharte, por voluntad propia, al lugar donde seguramente encontrarás aquello que hace tanto buscabas en vano a tu alrededor y que aún en tu fe infinita no lograbas hallar. Quisiera no sentir la necesidad de preguntarme la razón de tu tristeza y por más que lo comprenda en lo más profundo de mi alma, quisiera que alguien me dijera ¿por qué? Por qué marcharte así, cuando aún quedaban risas y lágrimas por compartir, caminos que andar, éxitos que celebrar y tantos nietos por conocer...
Hoy decidiste marcharte, por voluntad propia, dejándonos con el corazón abatido y apretado y los ojos cargados de lágrimas amargas por no entender tus motivos, tan tuyos, tan verdaderos, y aún así tan incomprensibles. Quiero pensar que estarás en paz, que lograrás sentir el amor infinito y la tranquilidad que tanta falta te hacían en tu mundo de dolor y desesperación. Nos volveremos a ver un día, ese cuando lograré con certeza entenderte y abrazarte nuevamente para compartir mis sonrisas contigo...
Hasta pronto mi Cayita bella... siempre estarás en mi corazón...
Hoy decidiste marcharte, por voluntad propia, dejándonos con el corazón abatido y apretado y los ojos cargados de lágrimas amargas por no entender tus motivos, tan tuyos, tan verdaderos, y aún así tan incomprensibles. Quiero pensar que estarás en paz, que lograrás sentir el amor infinito y la tranquilidad que tanta falta te hacían en tu mundo de dolor y desesperación. Nos volveremos a ver un día, ese cuando lograré con certeza entenderte y abrazarte nuevamente para compartir mis sonrisas contigo...
Hasta pronto mi Cayita bella... siempre estarás en mi corazón...