jueves, 4 de octubre de 2007

Francesco

En este día, aunque un poco retrasada, no podía dejar de hacer mención de este hombre sabio a quien siempre he respetado y admirado, no por ser santo, sino por haber vivido una existencia de amor y compasión al prójimo, dejando grandes enseñanzas que perduran en el tiempo.

De sus escritos, he escogido uno que nos lleva a reflexionar sobre nuestros temores y formas de vida, y nos deja el mensaje de la contemplación y la paciencia para caminar en este camino que recorremos.


"Admoniciones [Cap. XXVII: De la virtud que ahuyenta al vicio]"


"Donde hay caridad y sabiduría, allí no hay temor ni ignorancia.

Donde hay paciencia y humildad, allí no hay ira ni perturbación.

Donde hay pobreza con alegría, allí no hay codicia ni avaricia.

Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni vagancia.

Donde está el temor de Dios para custodiar su atrio (cf. Lc 11,21), allí el enemigo no puede tener un lugar para entrar.

Donde hay misericordia y discreción, allí no hay superfluidad ni endurecimiento."