Y siempre vuelvo a él, un hombre sensible que con su pluma romántica plasmó su sentir en hojas desteñidas ya por el tiempo. Al analizar su corta vida, su corta obra y lo mucho que en ella llegó a reflejar, cada día me convenzo más que un poeta puede escribir miles de páginas y a través de ellas hacer llegar a otros su corazón, pero jamás podrá hacerlo con la misma intensidad que lo siente.
RIMA LV
Hoy como ayer, mañana como hoy
¡y siempre igual!
Un cielo gris, un horizonte eterno
y andar..., andar.
Moviéndose a compás como una estúpida
máquina el corazón;
la torpe inteligencia del cerebro
dormida en un rincón.
El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándole sin fe;
fatiga sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué.
Voz que incesante con el mismo tono
canta el mismo cantar,
gota de agua monótona que cae
y cae sin cesar.
Así van deslizándose los días
unos de otros en pos,
hoy lo mismo que ayer, probablemente
mañana como hoy.
¡Ay!, ¡a veces me acuerdo suspirando
del antiguo sufrir!
¡Amargo es el dolor pero siquiera
padecer es vivir!
Hoy como ayer, mañana como hoy
¡y siempre igual!
Un cielo gris, un horizonte eterno
y andar..., andar.
Moviéndose a compás como una estúpida
máquina el corazón;
la torpe inteligencia del cerebro
dormida en un rincón.
El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándole sin fe;
fatiga sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué.
Voz que incesante con el mismo tono
canta el mismo cantar,
gota de agua monótona que cae
y cae sin cesar.
Así van deslizándose los días
unos de otros en pos,
hoy lo mismo que ayer, probablemente
mañana como hoy.
¡Ay!, ¡a veces me acuerdo suspirando
del antiguo sufrir!
¡Amargo es el dolor pero siquiera
padecer es vivir!
Fuente: Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. http://www.xtec.es/~jcosta/