miércoles, 19 de febrero de 2014

De como llegamos hasta aqui

Hoy, haciendo una retrospectiva de lo que ha estado sucediendo en Venezuela, recuerdo claramente los hechos de 1989, la angustia de salir corriendo del colegio a mi casa a media mañana, la cara de Sergio Novelli ante la cámara cuando estalló una bomba cerca de su área de cobertura periodística, y 1992, cuando los aviones sobrevolaron Caracas y no había comunicaciones a nivel nacional, y más claramente mi opinión, cuando a los 25 años, enfrenté a un señor que tuvo la osadía de comentar que en las elecciones de 1999 ganaría una persona que vendría a cambiar el país. En ese entonces le refuté su opinión y hoy más que nunca sigo haciéndolo.

Recuerdo que cuando era niña, en los tiempos de Carlos Andrés Pérez, que hoy se sabe que robó a manos llenas este país, yo iba con mi madre al módulo del seguro social, donde se atendía a la hora y luego se iba a la farmacia a buscar las medicinas gratuitamente, siempre me dieron risa los muñequitos agarrados de la mano en la parte superior de la entrada del edificio. Aún entonces, había riqueza y seguridad para todos en este gran país. Yo solía salir a jugar en la calle con mis amigos, comía lo que me gustaba, tenía buenos juguetes y educación de calidad. Hoy, después de tanto cambio, no hay seguridad ni riqueza para el pueblo, no hay medicinas, ni comida, ni mucho menos asistencia de salud gratuita pues los insumos no existen. Entonces pregunto yo ¿quién robó más?
No recuerdo jamás haber visto un periodista en Venezuela enfrentado a represiones o conflictos, más que ese episodio de Novelli en 1989, y ya durante mi estancia en Caracas, jamás sentí miedo de andar en la calle, salvo los disturbios de 1992, cuando el avión de Antares rompió la barrera del sonido justo encima de la zona donde vivía y lanzaron una bomba sobre la Gallera de la policía, causando un pánico sin precedentes entre todos los habitantes del país. Entonces, fue un episodio aislado para mí, que se solventó en un par de días y todo volvió a la normalidad. Entonces pregunto yo ¿quién ha causado toda esta zozobra en el pueblo de Venezuela?
A mis 25 años, poco sabía yo de política, a pesar de estar muy cercana a empresas Corimón y El Diario de Caracas por amigos muy queridos de mi entorno. Sin embargo, tenía clara una cosa, la cual planteé sin miramientos a ese señor que se pronunció a favor de la nueva línea política que nacía: primero, un militar jamás ha nacido para gobernar un país, un militar ha nacido para seguir órdenes o ejecutarlas, no tiene idea de gerencia, no tiene miramientos con la realidad del pueblo; segundo, un convicto subversivo jamás debería llegar a ocupar el poder, pues un pueblo que lo elige, sabiendo su prontuario, sólo puede esperar lo peor; por último, un soldado con tropa a su cargo es como un capitán de barco, jamás debe dejar a sus subordinados solos para huir, pues al hacerlo demuestra cobardía, falta de liderazgo y, sobre todo, deslealtad. Entonces pregunto yo ¿cómo fue que este pueblo dejó que pasara lo que hoy vemos?
Sinceramente, aunque ame este país que es MI país, pienso que hoy estamos donde nos merecemos por haber pensado que nadie robaría más que otro, que nadie causaría más daño que otro, que un militar traidor y subversivo llevaría las cosas por buen camino. Muchos pecaron, han pecado y siguen pecando de ingenuidad después de 15 años por no creer que en Venezuela pasaría lo que ocurrió, ha ocurrido y ocurre hoy en sus calles.
Fue inevitable, y sólo nos queda seguir luchando, rezando y, en breve, poniendo lo mejor de cada uno para levantar este país, no para que sea lo que fue, no para que sea lo que es, sino para que vuelva al camino de la evolución sana, la unión de la familia y los amigos, el respeto mutuo y la creación de consciencia para que un día, no volvamos a repetir los mismo errores.

El que se cansa pierde, Venezuela ha encontrado su camino y, por doloroso que sea, es el único camino que abrirá la libertad nuevamente. Esto pasará, pero aún no, aún no… falta poco…