lunes, 7 de septiembre de 2009

De Bécquer XII

A veces me pregunto acerca de la manera en que quienes escribimos logramos plasmar tanto sentir a través de simples palabras hiladas en un orden, en una pocas líneas, algo que otros simplemente no podrían lograr... Aún así, nada se compara al genio de ciertos poetas y muchos quienes alcanzamos a amarrar una palabra con la otra para hacer poesía, no logramos llegar a dicha genialidad aunque nuestro sentir sea tan parecido.


RIMA XLIII

Dejé la luz a un lado y en el borde
de la revuelta cama me senté,
mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.

¿Qué tiempo estuve así? No sé: al dejarme
la embriaguez horrible de dolor,
expiraba la luz y en mis balcones
reía el sol.

Ni sé tampoco en tan terribles horas
en qué pensaba o que pasó por mí;
solo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.


Fuente: Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. http://www.xtec.es/~jcosta/