Hoy, haciendo una retrospectiva de lo que ha estado sucediendo en Venezuela, recuerdo claramente los hechos de 1989, la angustia de salir corriendo del colegio a mi casa a media mañana, la cara de Sergio Novelli ante la cámara cuando estalló una bomba cerca de su área de cobertura periodística, y 1992, cuando los aviones sobrevolaron Caracas y no había comunicaciones a nivel nacional, y más claramente mi opinión, cuando a los 25 años, enfrenté a un señor que tuvo la osadía de comentar que en las elecciones de 1999 ganaría una persona que vendría a cambiar el país. En ese entonces le refuté su opinión y hoy más que nunca sigo haciéndolo.