
Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos. Estas figuras pueden ser creadas en forma bidimensional o tridimensional, con diseños muy variados, pero mantienen características similares: un centro y puntos cardinales contenido en círculos y dispuestos con cierta simetría. Según algunos expertos, el mandala representa al ser humano, por lo cual la interacción con los mismos ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, manifestar la creatividad y a reconectar al ser esencial. Es como comenzar un viaje hacia la esencia fundamental, abriendo puertas desconocidas y conduciendo a la sabiduría interior.
Para ti flaca, donde quiera que estés: sigue creando el mandala de tu eternidad, dibujando colores y risas. Yo, mientras nos encontramos, recuerdo el que sería tu cumpleaños número 54.