
En la universidad siempre tuvimos la costumbre de saludarnos de manera especial en las festividades de ambas religiones y participar de ellas en la medida de lo posible, por lo que hoy deseo felicitar a mis tantos amigos judíos y traer a los demás la historia de esta fiesta hebrea.

Muchos estudiosos afirman que el rey pudo haber sido parte de una revuelta civil interna entre los judíos tradicionalistas dentro del país y la elite Helenizada en Jerusalén, lo cual arremetería contra cualquiera que ocupara el cargo más alto. Toda vez que el conflicto cobró más fuerza, el rey apoyó a los judíos Helenos prohibiendo las prácticas tradicionales y provocando una revuelta de grandes proporciones.

Según el Talmud, el menora o candelabro sagrado (de siete brazos) del templo necesitaba aceite de oliva para mantener la llama encendida cada noche, pero sólo se contaba con aceite para un día. De manera milagrosa, esa cantidad de aceite alcanzó para ocho noches, el tiempo exacto para preparar el aceite nuevo del menora. Así, se instituyó el festival de Hannukah en conmemoración a este milagro del aceite y la liberación y restitución del templo sagrado en Jerusalén.
¡Feliz Hannukah!